miércoles, 21 de noviembre de 2007

LAS CICATRICES DE LA LUNA


Un mito chino sobre los orígenes, habla también de las cicatrices de la luna. Cuenta que hubo una época en la que la luna era aún más caliente que el sol, y abrasaba la tierra y a sus habitantes con sus rayos. Con la intención de poner fin al sufrimiento de los hombres, Qua, un mortal con una constitución y fuerza envidiables, subió a la cima de una montaña y arrojó a la cara de la luna un puñado de arena que el calor fundió y adhirió al rostro. Dolorida y aterrorizada, la luna se refugió en un punto lejano de los cielos, desde donde su calor ya no hacía daño a nadie, pero la huella de la arena arrojada a ella permanecería siempre, imborrable, en forma de las cicatrices y surcos que nosotros conocemos.

La luna, a pesar de sus permanentes cambios de fase, tiene un importante componente de serenidad, de paz, de equilibrio y estabilidad. Relacionada con el mar, de hecho, guía de las mareas, comparten muchas de las ideas que se asocian al otro. Y hay pocas imágenes tan hermosas como el camino que hace la luna cuando de noche ilumina las aguas marinas...Tal vez algo de esto lleve a tantos poetas a confiarle sus secretos y sus pequeñas historias...


Tiene un componente romántico, soñador, alimento de la imaginación y la fantasía... También ha ido asociado muchas veces a la fertilidad, posiblemente porque el ciclo menstrual de la mujer va paralelo al ciclo lunar. Así, en muchas aldeas de Alemania se habla de la Luna refiriéndose a la menstruación, y los maoríes de Nueva Zelanda creen que es una enfermedad provocada por la luna, que atrae la sangre con su mirada y dota de poderes a las mujeres a cambio de su "ofrenda".


Como curiosidad, ha sido tal la importancia de la luna en algunas etapas históricas que hace tiempo los médicos llevaban a cabo ciertas prácticas haciéndolas coincidir con las fases de la luna. Así, era mejor tratar los problemas sanguíneos durante el primer cuarto de luna, los coléricos en el segundo, los flemáticos en el tercero y los melancólicos en el cuarto. Simbólicamente, las fases también llevan conceptos asociados. La luna nueva se asocia con la muerte o la hechicería. La luna creciente, en forma de cuenco, casi esperando recibir, es la luna virginal y prometedora, lista para la fertilización. Y la luna llena es la autoridad de la sabiduría, la madurez, la plenitud, y la más relacionada de las tres con la diosa madre.

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